Estas jornadas, celebradas en Riaño (León) del 19 al 21 de septiembre, han sido el evento de fotografía y conservación más importante del año en nuestro país. Grandes ponencias centradas en la figura del lobo ibérico, que han desarrollado la problemática y particularidades que surgen en torno al marco social y económico en el que vive.
Wild Wiatching Spain, junto con AEFONA, han sido los organizadores de estas primeras jornadas que aspiran a convertirse en un referente anual para ecoturistas, amantes de la naturaleza y fotógrafos. Ponencias técnicas, a cargo de biólogos, técnicos de las administraciones y representantes de fundaciones como Oso Pardo o Félix Rodríguez de la Fuente, combinadas con presentaciones de fotógrafos de reconocido prestigio, cuyo hilo conductor han sido los grandes mamíferos del mundo.
Las jornadas se han desarrollado en el extraordinario marco de belleza natural que ofrece la montaña de Riaño. Dos carpas –con capacidad para 150 personas– han sido el lugar en el que, por una parte, se han desarrollado las ponencias y, por otra, empresas relacionadas con el sector han dado a conocer sus productos y servicios.
¿No pudiste asistir? Pues no te pierdas este resumen en el que se exponen los conceptos más importantes desarrollados en las ponencias, un análisis de las mismas y los momentos más emotivos (y los más tensos).
Comienzan las Jornadas
El primer acto al que pudimos asistir el viernes por la tarde fue la inauguración de la exposición de Andoni Canela, basada en sus veinte años de experiencias fotográficas fotografiando lobos salvajes en las montañas del noroeste peninsula. De esta inauguración cabe destacar no solo la masiva afluencia de público que hubo, sino que el formato de presentación, novedoso y arriesgado, combinando la impresión en metal y madera, sorprendió positivamente a la mayoría de los asistentes.
Abrieron las jornadas Iñaki Reyero (Wild Watching), Javier Fernández Presa (alcalde de Riaño) y Anxo Claro (AEFONA), poniendo de manifiesto la ilusión volcada en este proyecto y dando a conocer los objetivos y el programa, para dar paso a la presentación de Andoni Canela en la que, a través de sus fotografias y sus palabras, trasladó al público la pasión que él mismo sintió al perseguir durante días, en plena naturaleza, las manadas de lobos salvajes que fotografiaba.
Dos técnicos del Área de Estrategias y Planes de Conservación del Miniterio de Medio Ambiente, Jaime Muñoz y Francisco García, dieron a conocer su búsqueda de recursos técnicos para evitar ataques de lobo a ganado, basados en los datos estadísticos surgidos de los estudios oficiales.
Concluyó esta primera jornada con Odile Rodríguez de la Fuente, hija de Félix, representando a la fundación que lleva el nombre de su padre. Hizo hincapié, principalmente, en la relación del hombre con la naturaleza y en la importancia que tuvo Félix en el cambio de paradigma que se produjo hace 40 años, cuando el lobo dejó de ser considerado una alimaña, de tal modo que se pudo evitar la extinción a la que inevitablemente estaba encaminado. Odile resumió el espíritu de su ponencia con una interesante frase sobre la que reflexionar: «Salvar la naturaleza es salvar la humanidad».
Un día intenso e interesante
La actividad comenzó muy temprano el sábado por la mañana, pues a las 06:00 Wild Watching había organizado salidas para que los asistentes pudieran avistar lobos y experimentar de cerca el espectáculo de la berrea. Otros decidimos salir con nuestras cámaras, de tal modo que formamos un pequeño grupo para fotografiar el amanecer a orillas del embalse de Riaño.
De las ponencias del sábado por la mañana cabe destacar la rigurosidad científica con la que Luis Llaneza consiguió llegar a los espectadores –la ecología de la especie– y poniendo de relieve cómo el lobo ha sabido adaptarse a los espacios humanizados para poder sobrevivir. A continuación, expuso Mario Sáenz de Buruaga, biólogo, al igual que Luis; su postura nos gustó mucho a los asistentes, porque Mario aportó opiniones, soluciones, alternativas y abrió la puerta a la participación.
La tarde del sábado comenzó con Carlos González Antón, catedrático de la Universidad de León, que dio a conocer la regulación jurídica de las actividades turísticas y de fotografía en los espacios naturales protegidos.
Uno de los momentos más esperados de las jornadas llegó con la mesa redonda en la que participaron Luis Suárez (WWF España), Guillermo Palomero (Fundación Oso Pardo) y Odile Rodríguez de la Fuente. Luis comenzó analizando las poblaciones de lobo ibérico, así como los problemas a los que se enfrenta. Guillermo nos ofreció una ponencia sobre el oso pardo en Picos de Europa –sobre los conceptos de buena y mala praxis en la observación de estos animales en particular y de la fauna salvaje en general–, aunque a muchos nos resultó curioso –por no decir desagradable– el hecho de que una fundación, cuyo objetivo es la conservación de esta especie, plantee la eliminación de los animales que se acerquen a los núcleos urbanos.
A continuación, en la mesa redonda rápidamente comenzó la participación del público; fue un debate abierto y participativo, con una gran intervención de Odile que abogó por unas posturas de acercamiento para llegar a soluciones. Ante los planteamientos de ganaderos que se encontraban entre el público –posicionados en un «bando» contrario a los ecologistas–, Luis Suárez dijo acertadamente: «Cuando los ganaderos os encontréis en una situación muy mala, nadie va a partir una lanza por vosotros, solo los grupos ecologistas vamos a estar a vuestro lado y os vamos a ayudar cuando lo necesitéis».
La jornada del sábado se alargó más de lo previsto, pues hubo que aplazar las presentaciones fotográficas para última hora de la tarde, ya que la carpa, de color blanco, durante el día filtraba mucha luz, lo cual no permitía ver las proyecciones con toda la calidad que se merecían. Este espacio fotográfico lo inauguró Luis Sanz con su ponencia sobre el tigre de Bengala en la India, con muy buenas fotografías en una extensa intervención en la que puso de relieve las amenazas surgidas del galopante aumento de la población en ese país. En ese sentido, nos dejó una frase muy interesante: «Cuando hay necesidades humanas que satisfacer, estas necesidades pasan siempre por encima de la conservación».
Javier Montes Malagón nos contó sus experiencias durante años fotografiando en Alaska. Centrado en la figura del oso, nos sorprendió a todos el modo en que los animales ignoran a los humanos en los lugares en los que la fauna salvaje se desarrolla al margen de nuestra interacción. Concluyó el ciclo fotográfico Antonio Liébana, con una ponencia amena, agradable y divertida, a pesar de lo tarde que era –pues terminó a las 23:30–; a pesar de ello, el carisma de Antonio y sus fotografías, de una calidad sobresaliente, hicieron que todos los asistentes nos mantuviéramos en vilo hasta el último momento.
«Cuando hay necesidades humanas que satisfacer, estas necesidades pasan siempre por encima de la conservación».
Un final para reflexionar
El domingo concluyó con un interesante programa. La primera ponencia, a cargo de Juan Delibes, biólogo y presentador de televisión, nos sumergió en su visión de la especie desde el punto de vista del cazador. Sus palabras nos resultaron incómodas a muchos de los presentes; no fue algo agradable escuchar sus aventuras abatiendo animales y poniendo de manifiesto la corrupción que hay en el sistema cuando afirmó que guardas de la zona de Guadarrama le habían hecho sentirse tentado a matar lobos al margen de la legalidad. La parte interesante de su charla consistió en un recorrido histórico de la relación del cazador con el lobo y sorprendió con datos que muchos desconocíamos, como que en 1953 se creó la Junta de Extinción de Animales Dañinos, creada para hacer desaparecer el lobo en nuestro país.
Una ponencia fotográfica, a cargo de José B. Ruiz –en la que estaba previsto que nos mostrara un vídeo con fotografías de su reciente expedición a la frontera entre Finlandia y Rusia para fotografiar osos salvajes–, no se antojaba para los asistentes uno de los momento cruciales del programa; sin embargo, José Benito precedió a la presentación con un discurso sincero y honesto sobre su manera de entender la conservación y la vida animal que consiguió emocionarnos a muchos e incomodar a otros tantos. Su charla nos deja frases tan intensas y emotivas como estas: «Cuando escucho a otros decir que han matado a una manada, yo no entiendo de manadas, yo escucho que han matado una familia»; o: «Nosotros hemos creado los problemas en la naturaleza, la solución nunca puede ser matar»; y: «La conservación en nuestro país es un paripé, conservamos por motivos económicos. Tenemos que conservar por conservar, por amor a la vida». Sin embargo, su sinceridad despertó la ira de cazadores presentes e incluso palabras de represalia por parte Guillermo Palomero, de la fundación Oso Pardo. Personalmente, creo que de todos los ponentes fue el único que se expresó con total claridad y sinceridad, sus palabras sirvieron para que nos sintiéramos representados un amplio sector de los asistentes, que no entendemos la conservación como cifras, datos y objetivos, sino como amor a la vida animal y a la naturaleza.
«Cuando escucho a otros decir que han matado a una manada, yo no entiendo de manadas, yo escucho que han matado una familia».
Se cerraron las ponencias con las conclusiones por parte de Iñaki Reyero, de Wild Watching, con una amplia participación con sugerencias por parte de los asistentes. Algunas de las ideas más comentadas e interesantes de estas jornadas, y que salieron a colación durante las conclusiones, fueron:
– El lobo es un bien común que entre todos debemos conservar.
– Opinión generalizada de que la organización del evento había sido un rotundo éxito.
– Propuesta de creación de una denominación de origen de alimentos producidos en tierra de lobos.
– Importancia del medio rural como elemento humanizador y su papel en la conservación.
– Necesidad de un nuevo cambio de paradigma hacia una especial protección de la especie.
Conclusiones
En primer lugar, cabe destacar el gran papel llevado a cabo por parte de Anxo Claro, de AEFONA, como speaker y conductor, y parte involucrada de la Asociación para la organización de las jornadas; sin su esfuerzo, su trabajo y su profesionalidad este encuentro hubiera sido muy distinto.
Me sorprendió el alto nivel de asistencia, en su primera edición; es probable que se hayan superado con creces las expectativas de los organizadores. A todos los que nos preocupa el futuro del medio ambiente nos sentimos muy agradecidos con Wild Watching por promover este tipo de iniciativas encaminadas a la conservación, así como por conseguir un programa de un nivel tan alto.
En estas jornadas se ha visto reflejado a la perfección el espíritu del proyecto Wolf & Bio, en el que los ponentes han abierto puertas a la coordinación de todos los agentes implicados en la conservación del lobo, en la realidad social y económica que rodea a esta especie. Los que hemos tenido la suerte de asistir hemos comprendido que ha comenzado un cambio de paradigma: hace 40 años el lobo dejó de ser considerado una alimaña; hoy en día, el proyecto Wolf & Bio ha sembrado una semilla para que nuestro concepto cambie, y en el mundo rural se comience a valorar al lobo y a la biodiversidad como una fuente de riqueza, tanto emocional como económica.
Es un honor para AEFONA poder formar parte de un proyecto de conservación tan importante, representando a los fotógrafos de naturaleza en este escenario y aportando nuestro punto de vista y nuestros esfuerzos para ayudar a la conservación de esta especie.
Pablo Sánchez Sánchez