Si dando un paseo vemos un montón de piedras en el suelo junto a un muro en pie de ellas no haremos el más mínimo caso, ni prestaremos atención. Sin embargo, si gracias a la fotografía somos capaces de presentar ese sujetos de una forma bella, nuestra percepción variará mucho.
En el momento de escribir estas líneas corren tiempos económicamente pésimos y no está en las intenciones de las administraciones ocuparse de lo que, queridos lectores, nos une a nosotros; la conservación del patrimonio histórico de España. Es por este motivo, por el que debemos aunar fuerzas y mostrar la belleza de nuestro país en imágenes para que no caigan en el olvido, para que conmuevan al espectador.
En un fotografía siempre hay dos personas: quien hace la fotografía y quien la ve. Si este último logra ver una belleza ante sus ojos impresa en un papel o ante un monitor, seguro estoy de que sentirá aprecio por ese sujeto y hará, en la medida de sus posibilidades, algo por preservarlo.
Con este breve texto, animo a las personas a que se sensibilicen con nuestra historia aportando su granito de arena para que podamos seguir disfrutando de ella.
Texto y fotografías: Mario Rubio