En nuestro XX aniversario nuestra compañera Nuria Blanco ha enviado este cuestionario a socios de AEFONA que han tenido una especial relevancia en el devenir de la asociación. Personas que han estado aquí desde sus inicios y que tienen una gran perspectiva de lo que ha sido la asociación en el devenir de los tiempos.
Luis Miguel Ruiz ha sido socio fundador y secretario en la primera junta directiva en 1994.
-¿Podrías resumir la evolución de la Asociación desde que te involucraste en ella?
El colectivo nace por la necesidad de intercambiar y compartir experiencias e impresiones personales entre personas que tenían inquietudes parecidas, en un tiempo en el que las posibilidades de comunicarse no tenían nada que ver con las actuales. Otro de los motivos que interesaba a los pioneros de la Asociación es tratar de formalizar la activad desde un punto de vista profesional, para prestigiar al colectivo y para que la fotografía naturalista se reconociera como una herramienta imprescindible y eficaz para la concienciación medioambiental y la conservación. Por todo ello y desde un primer momento, se trató de reunir al mayor número de personas que ejercieran esta actividad, una práctica que entonces se encontraba menos extendida que en la actualidad.
A lo largo de veinte años han pasado muchas cosas, la Asociación ha sido conducida por varias directivas con criterios y formas de actuar muy diferentes. Algunos de los objetivos previstos se han conseguido, otros claramente se han ido quedando en el camino, pero también es cierto, que las circunstancias iniciales que afectaban o interesaban al colectivo han ido evolucionando y en algún caso, lo han hecho más rápidamente que la capacidad de gestión y de consenso del grupo.
-¿Que mejorarías en AEFONA?
Habría que intentar que las personas que trabajan en su gestión vean recompensado de algún modo su trabajo. Siempre fue difícil dedicar tiempo y esfuerzo en favor del colectivo y seguramente hoy no será más fácil en estos tiempos de crisis generalizada. Este siempre fue un tema complicado, pero está claro que si recibes una compensación por tu trabajo siempre le dedicarás un mayor esfuerzo continuado y siempre te podrán pedir responsabilidades si no lo haces correctamente. Pero sinceramente, no se si esto sería viable actualmente.
-¿Crees que ha habido suficiente implicación por parte de los socios?
En general creo que no, pero ocurre como en otros colectivos, siempre hay personas que tiran del carro, otras que simplemente se dejan llevar por la inercia y otras que, porqué no decirlo, se aprovechan de la plataforma y la utilizan como trampolín para su propio beneficio personal. Pero no quiero ser excesivamente crítico ni negativo, también hay que reconocer y agradecer la gran apuesta que han realizado todos los socios apoyando el proyecto desde su origen. Sobre todo fue duro al principio, porque los socios pagaban sus cuotas y tardaban en recibir noticias y ver resultados concretos porque todo se hacía a mano, sin personal liberado para realizar el arduo trabajo de gestión, en todos los sentidos. Sin las personas que soportaron el duro comienzo, lógicamente no habría sido posible desarrollar esta iniciativa, ni alcanzar la situación que la Asociación disfruta actualmente.
-¿Cuál crees que es la mayor motivación para ser socio?
Pues creo que la más básica y en realidad la que ha estado ahí desde el principio; la posibilidad de compartir y comparar tu trabajo y experiencias con personas que tienen inquietudes similares y la de beneficiarte de las ventajas del grupo en todos los sentidos. De hecho, la idea del grupo como beneficio común, se planteó como un aliciente indiscutible para asociarse desde el primer momento.
-¿Que te parece la vinculación con entidades en Europa? ¿Crees que puede aportarle algo positivo al asociado?
Entiendo que será buena siempre que esa vinculación aporte aspectos positivos al colectivo y a la conservación del medio ambiente.
-En el momento actual qué es lo que consideras que AEFONA debe potenciar.
Creo que hay una cosa clara e indudable que es seguir contribuyendo a la imprescindible tarea de concienciar en la conservación del medio ambiente, pero también estaría bien seguir potenciando y defendiendo la figura y la labor de los fotógrafos que divulgan, descubren, apoyan, denuncian… todo lo que tiene que ver con ese Medio Ambiente, una asignatura que considero que sigue estando pendiente.
-¿Cómo crees que debe ser AEFONA en un futuro próximo?
Poco a poco la Asociación ha ido consolidándose como un colectivo serio y de prestigio, que se ha convertido en un referente a considerar por entidades, organismos, empresas y particulares. Creo que habría que seguir en esta línea e intentar mejorar en aquellos objetivos que, por determinadas circunstancias, aún no se han conseguido a lo largo de estos años.
Por poner solo un ejemplo, habría que intentar mejorar la consideración de la fotografía de naturaleza por parte de la sociedad en general.
Si bien es cierto que hay cosas que han cambiado, aún se tiene la opinión generalizada y especialmente en nuestro país, de que el fotógrafo de naturaleza, es ese que hace fotos de bichos o de pajaritos. Una valoración muy diferente a la que se hace de un fotógrafo de moda, deportivo, social, o de un fotoperiodista cuyos trabajos gozan de un mayor reconocimiento profesional y social.
No se trata de hacer comparaciones odiosas, ni de envidias injustificadas, sino de valorar en su justa medida esta modalidad fotográfica erróneamente asociada a la toma fácil, carente de rigor, de esfuerzo y de profesionalidad. La fotografía de la naturaleza que actualmente se hace en nuestro país, está a un nivel como nunca ha estado y a la altura de la mejor fotografía internacional y esto hay que reconocerlo sin complejos, defenderlo, potenciarlo y divulgarlo.
Imagen 1: Cartel del II Congreso Español de Fotografía de Naturaleza en 1993
Imagen 2: Cartel del II Congreso Español de Fotografía de Naturaleza en 1993