Antes de empezar, me gustaría remarcar el nivel de calidad de nuestros jóvenes fotógrafos, ¡es muy grato ver como las nuevas generaciones de fotógrafos suben con fuerza! Dicho esto, empecemos con el comentario (me gustaría recordar que no voy a hacer una crítica de la foto, tan solo un comentario, yo no soy un crítico, ¡ni mucho menos!).
El autor de la imagen que he seleccionado es Egoitz Ikaza y la foto se titula Cabra montesa.
Al echar un primer vistazo sobre la imagen queda patente la habilidad de nuestro joven compañero para lograr calidad en sus imágenes, el enfoque de la imagen está bien logrado, una fotografía realizada a distancia y en movimiento, algo que siempre complica las tomas. Los colores, tanto del fondo como del primer plano, son muy naturales (¡como tiene que ser!), algo que a veces se echa en falta debido a algunas debilidades que todos tenemos a la hora de revelar nuestras fotos; el verde salpicado de flores rosadas le da un toque idílico a la imagen (vale, esto es mérito de la madre naturaleza, pero sin un fotógrafo que lo capte…). Como nos dice el autor en su comentario de la foto, la cabra montesa es un “bicho muy guapo” y en esta foto, además, se encuentra situada en la parte correcta del encuadre, realizando una buena composición en la imagen, y la diagonal que recorre la foto casi por el centro le da sensación de subida, situando a la cabra en su hábitat, la montaña. En definitiva, y como ya he comentado, una buena foto de este ejemplar de cabra montesa; ahora bien, todos debemos aprovechar los consejos que se nos dan para seguir avanzando y aprendiendo, y aquí van los míos.
En mi opinión, hay dos cosas mejorables, la primera es la posición en que se encuentra la cabra, con la parte trasera al mismo nivel que la parte superior de la cabeza, eso da una sensación algo extraña, creo que esperando solo un segundo más, antes de disparar, la posición de la cabra hubiera sido algo más “plástica”, con la cabeza más alta que el trasero, solucionando esto creo que también se hubiera “corregido” lo que para mí es el segundo punto, la proximidad del morro de la cabra a la roca más iluminada. Al estar esta roca reflejando la luz del cielo, adquiere importancia en la imagen y esto crea cierta sensación, como si la cabra tuviera que posar el morro sobre ella. Como digo, tan solo esperando un segundo más se hubieran solucionado lo que para mí (remarco, lo de «para mí») son los dos puntos más “débiles” de esta imagen, a la que no pretendo quitarle ningún mérito, ya que lo tiene. Felicitar a Egoitz es un placer para mí.
¡Enhorabuena y sigue dándole!
Cada foto, una experiencia.
Marc Allès Marquès