El sábado todas las actividades terminaron mucho antes que otros días y esta vez la causa no fue la lluvia. Para este día estaba programada una serie de presentaciones y ponencias en el teatro de La Alberca. Algunos cambios en el escenario provocaron que las sesiones comenzaran con un pequeño retraso ya que tuvimos que instalar una pantalla en el escenario que no llegaba a cubrir completamente la imagen del proyector. A pesar de esto tratamos de encontrar el modo para que el público pudiera disfrutar de las presentaciones de la mejor forma posible.
Las sesiones del sábado tarde se abrieron con dos ponencias de AEFONA, la primera de ellas ofrecida por nuestro Presidente Pablo Bou, que hablaba del asociacionismo a demanda de la propia Federación, presentando la gestión que se realiza en AEFONA para que los representantes de otras asociaciones europeas allí presentes aprovecharan esa experiencia en la medida de sus necesidades e idiosincrasia. La segunda ponencia la presentamos José B. Ruiz y yo mismo. Aprovechamos la ocasión para exponer ante el resto de asociaciones europeas el proyecto de conservación de AEFONA sobre la dehesa, que trata de poner de manifiesto los valores medioambientales de este ecosistema ante los proyectos mineros de uranio a cielo abierto que la amenazan. Esta presentación revolvió en sus asientos a muchos de los asistentes ante los atropellos ecológicos que se están apunto de cometer en las dehesas cercanas al congreso, especialmente a los de la asociación Cornwall Wildlife Trust, de Reino Unido y con un carácter conservacionista muy marcado.
El sueco Karlo Pesjak fue siguiente ponente en la tarde del sábado. Nos presentó el trabajo realizado por su asociación al pasar varios días fotografiando en una isla en un parque nacional de Suecia. Un trabajo de calidad en el que se hacía patente que le habían puesto mucho esfuerzo e ilusión. Tras Karlo llegó el turno de Carsten Siems, el danés, en la primera parte de su presentación nos ofreció un pase de algunas de las imágenes de su asociación para después, en la segunda parte, presentar varios trabajos que él mismo había realizado a lo largo de los años. Las imágenes de Karlo y Carsten eran extraordinarias y gustaron mucho a los asistentes. Todas estas ponencias contaron con traducción simultánea al español, la mayor parte de ellas llevadas a cabo por Adelina Sánchez, vocal de la junta.
Un pequeño descanso dio paso a la ceremonia anual de entrega de premios del concurso anual de fotografía que la Federación organiza cada año con motivo del congreso. Las imágenes finalistas, como se enuncia al principio de la crónica, se encontraban en la exposición desde el primer día. Anónimas y sin cartel que las identificara hasta ese mismo día, había llegado el momento de ponerle autor a aquellas excepcionales imágenes. Parecía que muchos iban a quedarse sin verlas, ya que la sala de exposiciones cerraba antes de que terminara la entrega de premios. No fue así gracias a nuestra colaboradora Herminia Muñoz, que se encargó de que la sala se mantuviera abierta para que los asistentes pudieran visitar la exposición al término de la entrega de premios. De estos premios cabe destacar el gran número de imágenes ganadoras de la asociación austriaca que, con 7 fotos entre las ganadoras fue la más destacada de todas. AEFONA por su parte obtuvo 3 premios y dos de los fotógrafos ganadores, Jose Luis Llopis y Daniel Jara, tuvieron la oportunidad de ver sus imágenes entre las expuestas.
Para muchos, tras las presentaciones terminaban las actividades del programa… pero aún nos quedaban los sorteos que íbamos a realizar durante la cena, cortesía de nuestros patrocinadores Martín Iglesias y Casanova Foto. Cenamos en La Catedral, el restaurante situado frente al teatro. Su personal nos preparó un elaborado y delicioso menú de tres platos. Todos los asistentes al congreso cenamos juntos y en la mayoría de las mesas se intercambiaban impresiones sobre aquellos días que habían pasado fotografiando en aquel rincón de España, del que hace unos meses las mayoría nunca había oído hablar. El restaurante había preparado un micrófono que habíamos solicitado para los sorteos, pero antes de que pudiéramos usarlo se nos adelantaron varios asistentes internacionales y nos ofrecieron al equipo de organización unas emotivas palabras de agradecimiento.
Pablo Bou fue el encargado de sortear los productos que los patrocinadores de AEFONA ofrecían a los asistentes: en primer lugar un trípode BENRO de parte de Casanova Foto que fue a parar a manos de Gema García Gavilán; y en segundo lugar dos hides ofrecidos por Martín-Iglesias que fueron para el inglés David Cooper y el danés Carsten Siems. Aunque ambos se mostraron muy agradecidos por el regalo el danés se vio obligado a renunciar a él ante la imposibilidad de transportarlo en avión. Prefirió cambiarlo por un libro portfolio de nuestros socios y ceder el hide a la asociación para que llegara a manos de alguno de nuestros jóvenes socios de su parte. El hide en cuestión se entregará al ganador de la categoría de jóvenes socios del concurso de Montphoto.
Para la mayoría de los participantes, tanto nacionales como internacionales, el congreso había terminado y tras la cena volvimos al hotel para volver a proyectar las imágenes ganadoras en el Auditorio del hotel y abrir nuestro stand para que los asistentes realizaran compras de última hora Había llegado el momento de despedirnos de los que en pocos días se habían convertido en grandes amigos y compañeros fotográficos. Para muchos nos quedaba el consuelo de preguntar en qué país se celebraría el congreso el próximo año con la esperanza de volver a pasar unos días fotografiando juntos.
Conclusiones
En varias ocasiones a lo largo del congreso, en las conversaciones se podía escuchar que lo que más atrae de este tipo de eventos es el ambiente fotográfico que se respira. Es posible que muchos vengan atraídos por la fotografía, por el programa… pero lo que sí es cierto es que este tipo de eventos fomenta el compañerismo y ayuda a que los fotógrafos de naturaleza compartamos experiencias, impresiones y conocimientos. Para muchos de nosotros en este congreso se han creado vínculos de amistad que prometen durar muchos años.
Coordinar un evento como este no es algo sencillo, y a pesar de que las críticas recibidas han sido extraordinarias y de que muchos de los asistentes nos hayan hecho llegar su opinión de que estaban ante el mejor congreso que se ha celebrado de la IFWP, hay factores que terminan por escaparse a nuestro control. Por supuesto no hablamos del mal tiempo que nos pueda llevar a cancelar actividades. Me refiero a pequeños contratiempos que surgen y que se intentan de solventar de la mejor forma posible sin que el asistente se percate y que hacen que nos hubiera gustado que todo hubiera sido más redondo. Sea como fuere, estamos satisfechos porque la impresión que pensamos que se ha causado en los asistentes internacionales al congreso ha sido realmente buena. Han surgido relaciones con otras asociaciones que a medio-largo plazo se traducirán en colaboraciones beneficiosas para ambas partes. Además, los asistentes de nuestro país han tenido la oportunidad de integrarse en el colectivo de fotógrafos de naturaleza internacional y de participar en un evento tan interesante como éste.
Han sido unos días de vértigo para los que hemos organizado el evento: madrugones, jornadas de 14 horas, visitas, turnos en el stand… Cualquiera en una situación como ésta estaría deseando que terminaran estas jornadas y volver a la tranquilidad del día a día, pero nada de eso. Compartir experiencias y conocer a tantos buenos fotógrafos y amigos hace que echar la vista atrás nos pueda poner nostálgicos. Muchas gracias a todos los que habéis venido y participado en este evento. ¡Espero que volvamos a vernos pronto!
Agradecimientos
A muchos asistentes no les salían las cuentas cuando calculaban la relación entre el coste de las actividades y lo que les costaba el congreso. Un buen abanico de actividades, un alojamiento de gran calidad y un precio que encaje con las exigencias de la Federación no son cuestiones fáciles de combinar.
El apoyo del ayuntamiento de La Alberca a través de su alcalde D. Jesús Pascual ha sido clave en este sentido, poniendo a nuestra disposición infraestructuras y todos los recursos que necesitáramos para que este evento se realizara en la localidad y de la mejor forma posible. Desde AEFONA queremos mostrar nuestro más sincero agradecimiento a D. Jesús.
Ofrecer el servicio de calidad del Hotel Abadía de los Templarios a un precio que se ajustara a nuestro presupuesto no era tarea fácil. Fernando y Victoria, responsables del hotel han gestionado de manera sobresaliente nuestra reserva y estancia. Todo el personal del hotel ha estado siempre abierto a las peticiones de la organización y dispuesto a ofrecer el mejor servicio a los asistentes al congreso. La calidad de las instalaciones y un servicio extraordinario han sido la clave para que muchos asistentes se hayan ido más que conformes con su paso por el congreso.
Nuestro presidente Pablo Bou se ha volcado con la organización de este evento, se ha involucrado en cuerpo y alma por y para este congreso. Sus decisiones apoyadas en todo momento sobre el equipo organizador del congreso, han sido la clave para que la coordinación haya ido por raíles. También José B. Ruiz, el anterior Presidente, como era de esperar se ha dejado cuerpo y alma durante las visitas y talleres que ha realizado. Se ha preocupado desde antes que comenzara el congreso por tratar de perfilar las actividades para que resultaran de lo más satisfactorias para los asistentes. El resto del equipo de la organización: Herminia Muñoz, Adelina Sánchez y Jennifer de Castro han sido piezas claves en los momentos más decisivos, teniendo siempre presente que el trabajo en equipo y el esfuerzo están muchas veces por delante del cansancio y de las ganas de fotografiar. Sin sus aportaciones puntuales y continuadas este congreso no hubiera calado tan hondo en muchos de los asistentes. En definitiva, un proyecto de equipo, llevado a cabo en equipo.