Estimados amigos: Aquí os dejamos con un texto de nuestro amigo y socio José Carlos Robles. Esperamos que sea de vuestro agrado.
EL INCANSABLE OFICIO CONSTRUCTOR DE LA NATURALEZA
KARL BLOSSFELDTT
Allí donde voy tengo la sensación de que el verde nos cautiva. Más que a un color me refiero a un universo de sensaciones, una gozosa explosión visual ante la que nos recreamos y que podemos sintetizar en un color que simboliza mucho más que la esperanza. El verde nos hace viajar al espacio natural, a nuestros bosques, prados, valles, sendas, marjales y un sinfÌn de lugares que nuestro corazón difícilmente puede eludir y frente a los cuales la razón cede su espacio y rinde infinito culto al regalo eterno de la naturaleza. Hubo hombres a lo largo de la historia que hasta nuestros dÌas trataron de inmortalizar, para deleite de sus iguales, los inigualables atributos del maravilloso jardÌn de la naturaleza. Entre todos ellos, Karl Blosfeldt no tuvo rival.
Sólo de la inagotable fuente de la eterna juventud que e s la naturaleza, de la que han bebido los pueblos de todos los tiempos, puede el arte tomar una energía y un estímulo nuevos para desarrollarse sanamente. La planta ha de considerarse como una estructura auténticamente artística y arquitectónica.
La naturaleza que ejerce sin descanso su oficio de constructor es nuestra mejor maestra, no solo en el arte, sino también en el campo de la técnica. Educa a la belleza y a la interioridad y es una fuente del placer más noble.
Si hay un referente en la fotografía de plantas como máxima expresión de su virtualidad artística, ese es sin duda Karl Blossfeldt. En 1881 un joven estudiante, escultor y aprendiz de modelado se aventura en una titánica tarea que se traducir· en un inmenso archivo fotogr·fico dedicado en exclusiva a las plantas. Se me antoja una osadía escribir unas modestas líneas sobre alguien con semejante talento y sobre el que se ha escrito abundantemente. No es arriesgado afirmar que, los fotógrafos de naturaleza y, especialmente los dedicados a la macrofotografÌa, que ignoren la riqueza de su obra, al profundizar en su conocimiento hallarán en él un referente y una fuente de inspiración.
EL AUTOR
Karl Blossfeldt nace en Schielo (Harz) Alemania el 13 de junio de 1865. Su instrucción académica se orienta desde joven hacia las artes estudiando escultura, modelado y dibujo en el Museo Real de Artes Aplicadas en Berlín. Contrariamente a lo que podría sugerir su obra, su trabajo no estuvo consagrado a la botánica, sino que esta constituyó un medio para expresar sus inquietudes artísticas. La actividad contemplativa y de minuciosa observación en sus años de estudiante le cautivó, otorgándole una visión que permanecerá desde entonces impresa en su retina. Sus comienzos en el taller de modelado le permiten experimentar con el metal.
En el Instituto de Berlín entra en contacto con Moritz Meurer, profesor, pintor y dibujante dedicado a la enseñanza que ejercería una gran influencia en Blossfeldt. Meurer recibe el encargo de desarrollar un nuevo método de enseñanza para establecer nuevas estrategias competitivas en el ámbito comercial del diseño industrial, tras los pobres resultados de Alemania en la celebración de recientes Exposiciones Universales en Europa. Para ello se propone utilizar se representaciones de plantas y motivos ornamentales que sirvan de modelo para el trabajo de artesanos y fabricantes. Se dedica entonces, a reunir una vasta colección de ejemplares seleccionados tras la observación de la naturaleza, de modo que actúen como fuente de inspiración para artistas.
En 1890 viaja a Roma con seis ayudantes, uno de ellos es Karl Blossfeldt que ha obtenido una beca. En su periplo de siete años por Italia, Grecia y el norte de África, comienza su catálogo de fotografías y muestras de ejemplares botánicos para el profesor Meurer. Cada planta se cataloga y clasifica según su tipo. Muchos ejemplares se dejan secar y conservan en vitrinas para servir al proceso del posterior modelado. De regreso a BerlÌn, finalmente se dedica a la docencia en la Escuela de Artes donde había estudiado. Imparte durante 31 años la asignatura Modelado según plantas vivas.
LA PREPARACIÓN DE LA PLANTA Y SUS FOTOGRAFÍAS
Blossfeldt por lo general busca sus flores en el campo, caminos de tierra, terraplenes y lugares por donde pasea. Frecuenta también el jardÌn botánico de Berlín. Las plantas que recolecta son malas yerbas, ejemplares que él denomina proletarios. Ante su cámara cobran una nueva dimensión. Nos muestra su convicción de que los ejemplares más hermosos, las formas más bellas, son las de las plantas más injustamente tratadas. Habitualmente descomponía las plantas que solía fotografiar, diseccionándolas cual experimentado cirujano, en partes más pequeñas hasta descubrir el motivo deseado. Algunas de sus exposiciones muestran diversas tomas de idéntico motivo con ligeras variaciones, flores desprovistas de su tallo, cáliz o pétalos. Nos ofrece series completas de las distintas fases de crecimiento en un proceso que sugiere la búsqueda del arquetipo de planta.
BLOSFFELDT Y LA NUEVA OBJETIVIDAD
En torno a 1920 nace en Alemania un nuevo movimiento artístico: “La Nueva Objetividad” como rechazo al expresionismo. Esencialmente se trata de una corriente que preconiza una renovación estética y ética, un abandono del romanticismo, el sentimentalismo y la huida del Pictorialismo. Entre sus máximos exponentes podemos citar al propio Blossfeldt, Albert Renger-Patzsch, John Heartfield y August Sander. En Estados Unidos con unas ideas afines a esta corriente se encuentran Paul Strand, Edward Weston, Imogen Cunningham, Ansel Adams y Walker Evans.
Sin embargo, el pretendido alineamiento de Blossfeldt con este movimiento dista de ser cuestión pacífica. Sus imágenes al parecer de algunos autores, deben quedar fuera de esta nueva corriente de expresión. Sea como fuere, su trabajo adquiere una dimensión estética y documental al servicio de la ciencia, pero también de las artes y la docencia. En 1928 vería la luz el libro “Formas originales del Arte”, una cuidada publicación que enfatiza la relación entre arte y naturaleza como nunca antes se había mostrado. Nos descubre un universo en lo diminuto, que bien pudiera ser inspirador de columnas góticas, capiteles, enrejados, torres, cúpulas caprichosas, enrejados, puertas fantásticas, etc. Blosfeldt abrió el camino para fotógrafos posteriores que derivaron en parte de su obra hacia la estética de las plantas. Así, autores como Weston, Imogen Cunningham, Mapplethorpe o la española Pilar Pequeño, dedicaron gran parte de su obra a manifestaciones estéticas que, en cierta medida, pueden ser consideradas continuadoras o inspiradas en la obra de Blosffeldt.
Posteriormente, en 1932 y 1942 se publicarían “El Maravilloso Jardín de la Naturaleza” y “Prodigios de la Naturaleza”. En el prólogo del primero de ellos, Blossfeldt al respecto de sus intenciones escribe:
“Nos es mi intención dar interpretación alguna a los documentos fotográficos que aquí se exhiben. Los comentarios prolijos perturban la fuerte impresión que las fotos ejercen sobre el observador”