El fotógrafo antes de llegar hasta el hide habrá pasado por la gasolinera, el restaurante, el hotel y la empresa de turismo ornitológico. Posiblemente decida llevar también algún producto gastronómico local para compartir en casa y tal vez algún recuerdo típico de la región.
Como vemos, alrededor del turismo fotográfico habrá una serie de negocios que se verán recompensados y seguro que poco a poco, la opinión general irá cambiando hasta darse cuenta que esos terrenos bien conservados, pueden llegar a ser más valiosos y rentables que con otros usos no sostenibles.
Autor: Eduardo Blanco Mendizabal
Fotógrafo profesional de Naturaleza y Viajes. Es guía de naturaleza titulado e imparte cursos y talleres de fotografía.
Miembro de la comisión para el estudio de las bases de concursos fotográficos de Aefona