“Una buena imagen disfruta por igual de una parte artística y otra de puras matemáticas”, según el punto de vista personal que Fran Rubia pone de manifiesto al hablarnos del trabajo que conlleva la toma de una bella y lograda fotografía.
El próximo congreso anual de AEFONA -con sede en Antequera (Málaga)- tendrá la oportunidad de contar con la presencia -además de las ya mencionadas en anteriores reseñas- de este destacado fotógrafo almeriense; quien disertará -entre otros temas- acerca de esta interesante interpretación durante el desarrollo de su ponencia.
Fran Rubia nos adelanta que en una imagen observa equilibrio, armonía, luces y sombras -dice visualizar un mensaje- pero que detrás existe una gran cantidad de números: el valor ISO, diafragma, velocidad de obturación, temperatura de color, fórmulas como la hiperfocal, la proporción áurea, etc. etc., lo que lleva a pensar en el equilibrio necesario para conjugar todos estos elementos artísticos y matemáticos y saber encontrar la imagen perfecta, o lo más parecido a ella.
La faceta artística le viene a Fran Rubia de cuando todavía era muy joven -dice que en los primeros años de la década de los ochenta-, y tuvo su origen en la influencia que la pintura ejerció en él al observar las obras de Dalí, Miró o Picasso; cuando esbozaba retratos a carboncillo u óleos sobre lienzos buscando las abstracciones que le sugerían los cuadros de sus maestros pintores.
Antes de adentrarse en la fotografía digital, Fran Rubia se vio atraído mucho antes -en la era de la foto con revelado en laboratorio- por las posibilidades creativas que ofrecían las cámaras estenopeicas -cámara fotográfica sin lente, estanca y con un pequeño orificio por donde entra la luz- y, ni corto ni perezoso, comenzó a fabricarlas para uso propio utilizando negativos de papel con haluro de plata de 30×40 centímetros, impulsado por la idea de conseguir un impactante resultado final.
«Nunca hasta entonces había sentido más el significado de la palabra crear en su máxima expresión”, enfatiza nuestro ponente al recordar sus comienzos en este noble arte, cuando acudía a formarse en el Centro Andaluz de la Fotografía, ubicado en su Almería natal, por donde -añade- han pasado algunos de los mejores fotógrafos del país.
No obstante su pasión por este tipo de cámara fotográfica, Fran Rubia disponía de una réflex y volcaba su afición en la toma de imágenes que después revelaba y positivaba en blanco y negro. Hasta que comenzó la era de la fotografía digital y quedaron arrinconados todos los hábitos anteriormente adquiridos.
No tardaría mucho en sentirse atraído por los concursos de fotografía -al principio sólo provinciales- porque veía en ellos una oportunidad para dar a conocer sus obras y porque le suponía -añade- un reto personal en el sentido de mostrar más originalidad y mayor creatividad en sus imágenes.
En el espacio que ocupan los certámenes fotográficos -tanto nacionales como internacionales- Fran Rubia se desenvuelve con soltura y suele acaparar premios con imágenes que ponen de manifiesto el buen hacer de su autor; entre ellos el Wildlife Photographer of the Year -patrocinado por el Museo de Historia Natural de Londres- o los galardones obtenidos en concursos como MontPhoto, Global Artic Awars, GDT European Wildlife o el Memorial María Luisa, entre otros.
Asimismo, importantes revistas especializadas han dedicado páginas en sus ediciones a fotografías que llevan la firma de Fran Rubia, e incluso la británica Enciclopedia Mundial de Aves (Handbook of the Birds of the World) se interesó por alguna de sus imágenes.
A continuación nos ocupamos de otro no menos importante fotógrafo de naturaleza -especializado en macro extremo e imagen de alta velocidad- y que nos acompañará en nuestro próximo congreso; durante el cual ofrecerá una de sus interesantes ponencias y nos dará a conocer sus experiencias al respecto de su sugestivo y notable trabajo de campo.
Se trata de Nicolas Reusens -nacido en Bogotá (Colombia), de origen sueco y residente en Barcelona- un polifacético naturalista y viajero incansable, «siempre en busca de instantes visualmente impactantes», -según manifiesta con entusiasmo- y cuyo trabajo se centra de manera muy especial en el hábitat costarricense.
Nicolas Reusens es un gran admirador de Costa Rica, donde ha decidido ejercer la fotografía profesionalmente dadas las especiales características medioambientales y de protección de la naturaleza que caracterizan a este estado centroamericano, uno de los países que concentra la mayor biodiversidad del planeta.
Y después de un buen número de viajes y desplazamientos por tierras costarricenses, Nicolas Reusens se dedica en la actualidad a organizar talleres fotográficos intensivos, en los que instruye sobre sus vastos conocimientos en técnicas como el macro extremo y la alta velocidad.
Sus imágenes ilustran las páginas de importantes publicaciones, tanto científicas como fotográficas, así como de divulgación general, de la categoría de National Geographic -en sus ediciones para España y Estados Unidos- o TIME, que ha publicado una serie con las mejores fotografías del año; así como junto a artículos aparecidos en el Daily Mail, The Telegraph, The Mirror, Chinesse Photography, Focus Magazine Holland, BBC World, Practical Photography USA, Muy Interesante, etc.
Algunas de sus fotografías aparecen también en varios libros de edición especial publicados por la editorial Nat GEO.
Nicolas Reusens ha sido galardonado en numerosas ocasiones, entre las que cabe destacar un primer premio en el concurso fotográfico Smithsonian 2014; finalista en el Sony WorldPhoto 2013, o más recientemente el primer premio en el certamen nacional Pixall Natura 2015.
Ha expuesto también en Nueva York, Moscú, Museo de Historia Natural de Londres, San Petersburgo, Fineart España y, en breve, lo hará en Barcelona.